viernes, 5 de julio de 2013

JUAN ANTONIO CAMPUZANO- LA PIEDAD DE LA ESPUMA (POESÍA DE LA LUZ, 2)


Juan Antonio Campuzano (1906-1982), nos recuerda recuerda Juan Alarcón, fue alcalde de Puerto Real y presidente de la Diputación de Cádiz durante el periodo republicano, combatió posteriormente en la División Azul, ha inspirado, como personaje, novelas de otros escritores andaluces y es considerado "padre y precursor" de la poesía puertorrealeña desde los años treinta.
Así durante la dictadura de Primo de Rivera, forma con otros compañeros y amigos el grupo Republicano Radical de Puerto Real. En estos años empiezan sus primeros contactos con la masonería. Así con veinte años ingresa en un grupo sin ser todavía Logia, sino Triangulo, con el seudónimo de Salvochea.
En 1929 fallece su padre Juan, con lo que se hace cargo de todos sus negocios. Cuando llegan las elecciones municipales de 1931, el Partido Republicano Radical, el cual preside, gana las elecciones, siendo el primer alcalde de Puerto Real en la II República. Pocos meses después deja el cargo para ser Vicepresidente en la Diputación Provincial. A su vez, con la marcha de la presidencia de Pedro Icardi, toma su puesto.
En estos años crea y dirige El País, periódico semanal puertorrealeño, órgano del PRR. Según recuerdos familiares en 1934 con la unión entre Lerroux y Gil Robles, sale de la política ante una decisión que nunca aprobó.
Con el golpe de Estado se ve obligado a enrolarse en el ejército rebelde. Lo hace en contra de sus ideas y para salvar la vida. Pero su vida militar no queda ahí. Un tiempo después y con la graduación de Teniente, y a través de recuerdos familiares, sabemos que marcha al frente ruso.
Es 1941 y se alista en la División Azul. Los motivos: el miedo a las represalias por su pasado. En el frente va a escribir cuatro volúmenes, inéditos a día de hoy, titulados "Los cuadernos de Ivan Ivanovich"(1). Regresa en 1943.
Nunca gustó hablar de estos años, pero según nos cuenta la familia a su regreso es procesado. No llega a ser encarcelado, pero fue condenado a 12 años de inhabilitación y arresto domiciliario.
Por estos años conoce a la sevillana Dolores García Páez, con la cual intenta marcharse a México, aunque finalmente la idea no llega a fraguarse. Aunque no se casaron, podría decirse que fueron pareja. Los duros años de la posguerra los pasó dando clases particulares de literatura, inglés o francés, idiomas éstos que junto con el italiano dominaba a la perfección. Un tiempo después marcha a Sevilla donde trabajará en la Academia Orad, regentada por un antiguo amigo masón. Volverá de nuevo a su pueblo natal, presumiblemente a finales de los años 50 donde llegará a escribir coplas de carnaval para el coro de dicha localidad. En estos años también trabaja traduciendo muchos libros y a inicios de los años 60 marcha a Ginebra con Aquilino Duque, para hacer de traductor en la ONU.
Su familia lo recuerda como un "masón, ateo y republicano", a pesar de su forma de ser algo independiente, producto de su paso por la vida.

LA PIEDAD DE LA ESPUMA de José A. Campuzano

La barca en la ribera,
Lejos del oleaje, está tendida
Mostrando las costillas de madera
Entre las grietas de su piel podrida

Los viejos pescadores,
Que se hace a la mar, de madrugada
Sienten hondos temores
Cuando encuentran la barca abandonada.

Pues gime el esqueleto de madera
Al soplo de la brisa
Y parece una enorme calavera
De largos dientes y macabra risa.

El tiempo lentamente
La va hundiendo en la arena de la orilla…
Ya se oculto a los ojos de la gente
El esternón podrido de la quilla.

Yo pienso que la espuma un día lejano
Cuando la vieja barca esté enterrada
Piadosamente alargará la mano
Y le pondrá una cruz de agua salada.


Nota-Podéis oír la canción en el reproductor soundclick, arriba.

4 comentarios:

  1. Juan Antonio y su novia Lola eran personas de una delicada cultura, no eran unos estirados, eran sencillos y amigables, personas libres y encantadoras. Nos lo presentó el poeta José Luis Tejada y nunca los olvidaremos a ninguno. Brinfo por los tres.

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    1. Y yo brindo con usted por ellos...No tuve la fortuna de conocerlos y las palabras que aquí transcribo son del recopilador de la obra, Juan Alarcón...Para mi fue un placer poner música a sus versos

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  2. Él fue el tio de mi abuelo Jose Antonio Campuzano

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