sábado, 20 de febrero de 2016

EL HECHIZO DE LA PALABRA : JUAN MIGUEL RODRIGUEZ CABALLERO (REPENTIZACIONES, 6)


Otra de las repentizaciones del libro solidario “El Hechizo de la Palabra” está basada en el poema de este magnífico, poeta, actor y director teatral portorrealeño, Juan Miguel Rodríguez Caballero
…y es la que os presento hoy…Juan Miguel tiene una de las voces más cautivadoras que he escuchado…recitador impresionante y sobre todo un gran tipo….
Gracias, Juan Miguel…por sumarte al proyecto en su día….

Aquí os dejo el poema y el reproductor soundclick la canción repentizada….

MAR SIN CUERPO 

                                                              (¡Oh mar, cielo rebelde
                                                                caído de los cielos!
                                                                  Juan Ramón Jiménez)

Mar sin cuerpo

Acontecen entre las olas, sin concreción de espacio,
sucesos indescriptibles e incalificables,
tan significativos como insignificantes,
como los hitos que marcan las eras de la humana historia.

Pero el mar no guarda recuerdos porque no tiene memoria.

Las imágenes de los naufragios, de las batallas navales,
de los crueles piratas y los astutos corsarios,
de los intrépidos conquistadores y los miserables esclavos
la guardaron los pintores en innumerables cuadros,
la narraron los escritores con los más variados instrumentos
literarios

El mar no tiene ojos. Ni tiene piel ni tiene manos.

El tronar de los cañones, los gritos de los ahogados,
los cantos de las ballenas, los cuentos del capitán,
el crujido de los mástiles, el chasquido de los látigos;
las jarcias, las velas, las cadenas,
los torpedos, los obuses, los misiles...
para el mar pasan completamente ignorados.

Porque el mar no tiene oídos ni nervios. Ni tiene órganos.

El mar no tiene corazón.
Los poetas me engañaron.

Él no siente ni padece
ni cuestiona la logística ni la estética de sus actos.
No sabe del frío ni del calor
ni se ciñe a un calendario.
El mar no tiene conciencia de ser
y es, sin embargo,
un acontecimiento extraordinario;
un hecho que descalifica
al pensamiento y al razonamiento humanos.

Está ahí, simplemente, desde antes de que fuéramos,
para ser admirado
con esta extraña inconsciencia con que lo admiramos.



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario