Soy de una generación que se aficionó
a la lectura con los libros de Jules Verne y con las novelitas de a
duro...aquellas novelas (del oeste, policiacas, del espacio) que en
apenas 100 páginas te narraban historias amenas y emocionantes.
He de reconocer que al principio fueron
las del oeste (con escritores como Keith Luger, Silver Kane o Marcial
Lafuente ) pero a medida que pasó el tiempo fui descubriendo “el
espacio” y la ciencia ficción...y entre los autores de este campo
el que más me gustaba era un tal A. Thorkent y sus novelas sobre el
“Orden Estelar”....
Más tarde comencé a leer las obras de
otros autores como Isaac Asimov, Arthur C. Clarke, Ray Bradbury o
Robert Heinlein (en esas edades , debo reconocer, que yo era muy pro-
anglo en cuanto a mis gustos musicales y literarios...).
Pero un día descubrí que el tal
Thorkent como Alex Towers (que eran la misma persona) eran los
seudónimos de un escritor español....Ángel Torres Quesada....¡Y
además de Cádiz!....a tan solo unos kilómetros de mi pueblo....
Durante un tiempo pensé en tratar de
contactar con él para conocerlo, pero siempre he respetado mucho la
intimidad de las personas así que me pareció un gesto absurdo y
nunca lo hice.
Gracias a él , sin embargo, comencé a descubrir a otros
autores españoles y así fue como tuve conocimiento de otros
escritores como Javier Negrete, Juan Miguel Aguilera, León Arsenal,
Rodolfo Martínez, Jose Antonio Cotrina y a otro paisano , Rafael Marín , magníficos
escritores con cuyos libros he disfrutado (y disfruto) de muy buenos
ratos de lectura....Cosa que al fin y al cabo debo agradecer a Ángel
Torres Quesada.
Por eso, cuando un día vi en la red
una iniciativa (promovida entre otros por el propio Rafael Marín)
para que pusieran el nombre del autor a una calle de Cádiz , sentí
la necesidad de escribir una canción, un homenaje a quien me ha
brindado tan buenos momentos de lectura....
Va por usted, Ángel.....
24/05/2016 DETRÁS DE UNA
MESA A.BARO
Vagando por las estrellas va la palabra
que nace para dar cuerpo a la
imaginación,
creando mundos, poblando galaxias
donde solo brillan las luces de la
emoción.
La voz se transforma en soplo sideral
que lleva al ser en la nave de los
tiempos,
resolviendo enigmas hasta más allá
del lugar donde confluyen las raíces
del viento.
Todo ello desde detrás de una mesa.
Una tenue lámpara, tal vez el sonido
al teclear
de una vieja máquina de escribir y la
ciencia
que transforma un rincón en la
inmensidad.
Y así surgirán engendros nocturnos
que nutren El Aliento de la
Oscuridad,
Final del Origen ,
templario y profundo
toman
forma Las Sombras de la Eternidad.
Cae la
oligarquía en Las Sendas Púrpuras,
Islas que
pueden ser Infierno o
Paraíso
y la
decadencia en La Ciudad Oscura
y
desde Ar- Rasul Los Vientos del Olvido.
Todo ello desde detrás de una mesa.
Una tenue lámpara, tal vez el sonido
al teclear
de una vieja máquina de escribir y la
ciencia
que transforma un
rincón en la inmensidad.
La Dama de Plata a
la Tierra ha de llegar
en busca de la
venganza o la muerte,
se
extiende el hombre en El Orden Estelar
a través del
cosmos a su propia suerte.
Todo ello desde detrás de una mesa.
Una tenue lámpara, tal vez el sonido
al teclear
de una vieja máquina de escribir y la
ciencia
que transforma un
rincón en la inmensidad.
Nota - Agradecer
desde aquí a Rafael Marín el que respondiera a unas pocas preguntas
y dudas sobre el modo de escribir (sobre herramientas usadas) de
Ángel y el que fuera el primero en oír la canción ( y el único
hasta ahora).
Podéis oírla en
el reproductor soundclick, junto a la foto.