Un pensamiento Simple

"La vida no es más que un abrir y cerrar de ojos, por eso disfruta y exprime la mirada que hay en medio."

martes, 18 de noviembre de 2014

CREANDO ESPACIOS DE AMOR II – CUANDO LAS ALMAS HABLAN


Que los lugares los hacen las personas que en ellos se dan cita para mi no es solo una verdad incuestionable sino que es una forma más en la que la magia que nos rodea, y que a menudo no percibimos, se manifiesta.
Que lo intangible lo es en esencia porque su grandeza no puede encapsularse en ningún “frasco” ni “envoltura” física porque lo que ha de expandirse no puede limitarse también es para mi otra verdad y razón de ser.
Este movimiento expansivo, “Creando Espacios de Amor”, no es solo que me esté trayendo grandes satisfacciones sino que está siendo vital en mi existencia...en mi camino.
Ver como el amor fluye y crece, como se expande, es algo hermoso y único.
La mañana comenzó sin luz...literalmente.
Me desperté y vi que no teníamos electricidad en casa...Pánico...jejeje
Llamadas a servicios municipales, electricista, seguro etc..y Ana que tiene que quedarse en casa a “defender el fuerte” mientras que este indio loco se lanza a la calle tras los pasos de su propio “Kokopelli”.
Un beso y un “ahora nos vemos allí...”...y una vez más guitarra al hombro, atril, discos....
La cita de hoy, sábado 15 de noviembre, es en la esquina donde se cruzan dos arterias peatonales del pueblo, calle de la Plaza y Cruz Verde...
Allí, en el número 79 de la primera, se encuentra un bar histórico y antiguo (fundado en 1815 creo) El Calvo...
Y allí llego con una sonrisa, a pesar del estropicio mañanero, y allí me esperan amigos...
Sentadas en una mesa,que pronto comparto con mi desayuno por delante, Inma , Anabel y Silvia...y pronto retornan al lugar Verónica, Mari Carmen y Juanma...
Una alegría saludarlos...
Ya me voy ubicando y ya comienzo a ver semillas que germinan.
La exposición pictórica me llama desde dentro del bar (la actuación musical será fuera, en plena calle) y allí me redescubro y me reconecto a la esencia con los “Sentires” de Verónica y sus maravillosos “Kokopellis” y con todo el imaginario creativo de este enorme y fluyente corazón que es Verónica.
Van apareciendo amigos y los abrazo con los ojos antes incluso de que lleguen a mi encuentro.
Afino la guitarra y dejo que las cuerdas vayan tejiendo sus propias melodías...me dejo llevar por la corriente.
Niños sonrientes comparten sus miradas y osados y danzantes recorren la calle mientras los observo arrobado.
Y llega el momento.
Mi compañera y amiga Verónica nos recuerda que es “Creando espacios de amor” con la fluidez y sencillez que la caracteriza...
Y luego canto...me gusta cantar así...con las voces de la calle...con miradas reveladoras, con la complicidad de los que escuchan con el corazón e incluso se prestan al juego coral (Wowowowo) de “Llega la calma” ...y vibro y soy feliz viendo por todos lados...”Cuando el alma habla”. 







 Y aquí os dejo un breve instante musical...



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