La mañana nacía con un brillo especial.
Con la frescura con la que el alba me saluda en esos días en
los que se que mi corazón va a vibrar llevándome danzante a los dominios donde
se establecen las constelaciones que reconectan el espíritu con otros corazones...
Una ducha restablecedora (está siendo un fin de semana
intenso, primero, el viernes, en compañía de mis compañeros de El Fuego de la
Utopía y de la Asociación de Amigos de Fernando Quiñones en la jornada
poético-musical organizada por el A.C.
Comeletras en Algár; luego el sábado con mis compañeros de La Media Luneta
recorriendo las calles de Cádiz en busca de los escenarios de la novela de
Francisco Burguillos, “Confidencias de Ultramar”, ambientada en el Cádiz de las
Cortes de 1812), desayuno sencillo y salgo a la calle a buscar el tren que ha
de llevarme al Pto de Sta María donde se va a celebrar , en el claustro del
I.E.S. Sto Domingo, la I Concentración de Cantautores “Claustrofilia”,
organizada por mi buen amigo Paco Luque.
El viaje en tren(que siempre disfruto), el paseo por las
calles portuenses (mientras escucho en
mi mp3 el disco del cantautor canario, mi hermano, Jorge Santana) me van predisponiendo para tomar el camino de la felicidad que es el canto.
Llego al lugar señalado bastante temprano y allí me recibe
la vicedirectora del centro, Araceli Molinero...y ahí comienzan las gratas
sorpresas ya que es la esposa y compañera de Diego Herrera, el actual director
del instituto y antiguo compañero de trabajo al que me alegrará volver a ver.
Allí,en la sala de profesores , después de admirar el
hermoso claustro donde se va a celebrar el encuentro, me dedico a afinar la
guitarra y a calentar la voz.
Poco a poco van llegando los participantes...Paco Medina que
viene de Cadiz acompañado de mi querido amigo Jap Peralta, gran corazón donde
los haya y magnífico fotógrafo que viene dispuesto a inmortalizar instantes
irrepetibles.
Llegan Paco Luque (alma del encuentro) con su hijo Pablo, St
Alex en el mundo de la música, Quique Parodi y Abraham Sevilla que prestos y
raudos comienzan a instalar el equipo de sonido.
Sobre el claustro de Santo Domingo luminosas alas baten
llenando el aire de olores evocadores, de sonrisas amigas y aliño de música y
poesía. Y siguen llegando...en hermosa marea...Nacho Moreno (con su
gratificante sentido del humor), Fernando Polavieja (¡Que alegría verte siempre
en estos saraos, hermanory!), Antonio Juliá, Manuel Sevilla...los chicos del
Club de los Poetas Tuertos, Antonio Jiménez, Jaime Galán con Curro
Rumbao...Verónica Díaz que nos trae la brisa de la bahía a bordo del
catamarán...y la malagueña Mari Carmen Gramage...Ya estamos todos...
También veo aparecer a queridos e incondicionales amigos...Cinty y Paco, Blanca, Lucía, Lola y Paco, y sobre
todo a mi hermana Lourdes que va a compartir conmigo (¡Donde estamos dos, somos
clan!) esa hermosa jornada.
Preparativos , pruebas de sonido, chascarrillos y bromas y
mil fotos antes del inicio de un día musical que se que va a ser inolvidable.
Y por fin , vamos a empezar...
Le toca abrir el acto y romper el hielo al anfitrión, mi
buen amigo Paco Luque, que una vez más desgrana notas de consciencia y
sensibilidad con un canto a la hermosura de la vida (esa que a menudo no vemos)
y con una de mis canciones favoritas de su repertorio. “La Cuesta del Rayo”,
esa canción que tantos y tan buenos recuerdos trae a mi memoria...
Gracias, Paco...para mí fue un regalo volver a escucharte
una vez más...Y como diría mi primo Juanma,¡Que bueno que estés ahí!.
Antonio Jiménez, el cantautor asidonense afincado en el Puerto
nos trajo cálidos aires sureños y una hermosísima canción dedicada a su hija
aún por nacer y seguro que llegó hasta su protector refugio ese canto pues
todos los corazones están conectados.
Antonio Juliá nos dejó ese tono con sabor añejo de la chacarera
con el poso sereno y hondo de este magnífico plectrista e hizo un valiente más
difícil todavía al poner letra a una de las más significativas obras del
insigne Isaac Albéniz. Un lujo para el oído.
Nacho Moreno nos regaló su voz llena de matices y la
complicidad de su cuerdas con los ecos de dos grandes de la canción de autor,
Silvio y Joan Manuel pero llevándolo a su terreno, a su estilo propio y
único...Siempre es un placer dejarse llevar por su canto.
Luego llegaron los chicos de el Club de los Poetas Tuertos,
los jóvenes que llegan con fuerza...Jaime Lanz y Jesús G. Turrión me recordaron
los aires de aquél Taller Canario de los 80 de donde surgieron grandes
cantautores como Pedro Guerra o Andrés Molina...con sones tangueros y canallas
demostraron que el relevo generacional está asegurado.
Luego tuve la fortuna de que llegara mi turno...Me sentí
fantásticamente arropado y canté un par de canciones “Rebelión por la vida” y
“Cuando el alma habla”.
Paco Medina volvió a traernos el duende con el que suele
engalanar el Pay Pay y otros escenarios cuando canta.
Solo, y luego en compañía de Verónioca Díaz hizo que el
“chaparrón” de su música nos inundara...acaparando la atención y la complicidad
de los allí reunidos.
Siempre es una alegría oírte, Paco.
De Verónica Díaz brota la quintaesencia del cantor
actual...capaz de cantar, encandilar y hacernos vibrar con la potencia ,
calidez y virtuosismo de su voz dejó auténticas gemas de luz sobre las tablas
del claustro de Sto Domingo...la sencillez y sabiduría del corazón
personificadas...Creo que todos quisiéramos ser capaces de cantar y transmitir
como lo hace ella.
Y tras la fiesta de sonidos y letras de Verónica, mi
hermanory Fernando Polavieja, al que tanto quiero y admiro, volvió a dar una
lección magistral de naturalidad y magia de esas a las que nos tiene
acostumbrados.
Es la fragua en la que los poetas depositan la
incandescencia de su verbo sabiendo que obtendrán rayos de luz en el tañer de
su guitarra y con la sabiduría de una voz que nos alumbra.
Pablo Luque, St Alex para el público, rompió todos los
esquemas con su estilo fluido y cautivador.
Una bocanada de aire fresco adobado al más puro estilo brit.
Su canción, “Individuals”, fue un eco inolvidable...Me sentí
inmerso, sumergido en cualquier garito del Soho, pero por suerte con el brillo
tonificante del sol gaditano sobre la
piel.
Luego le tocaba el turno a un irreverente y festivo Quique
Parodi (¡Marditooo...me recordaste mi hipotecaaaa!!!!) que desde el primer
segundo se metió al público en el bolsillo con su carácter jocoso y
dicharachero...Es la primera vez que lo veía en directo ( y sin duda no será la
última) y superó todas mis expectativas...l aún mejor que lo que había visto
previamente en grabaciones en internet...Y pa colmo , después de hablar con él
aún ganó enteros...Un gran tipo sin duda alguna.
De Manuel Sevilla tampoco sabía más que lo visto en
grabaciones en la Red.
Me encantó la mezcla de lo poético que hay en lo cotidiano
con canciones como “Me da coraje”, un canto lleno de lirismo y sensibilidad
sazonado con la pre-claridad de ideas , la sensatez y el buen gusto en la
crítica.
Desde ese día me cuenta entre sus seguidores.
El portuense Jaime Galán me sorprendió con un estilo
desenfadado pero crítico con la realidad que vivimos y con la idea de que el
cantor (idea que comparto plenamente) debe ser algo más que un mero narrador de
realidades y que debe “mojarse” y asó lo hizo con sus letras.
Lo acompañaba a la guitarra solista el cordobés Curro Rumbao
con quién la conjunción fue perfecta.
Luego le cedió el testigo a Curro del que me agradó
sobremanera el carácter introspectivo y sensitivo de sus canciones.
Canciones de corte intimista aderezados con los sutiles
toques de su guitarra.
Y llegó un mago alborotador al escenario. Fue como un
gigantesco huracán que agitó y puso el Claustro patas arriba...Irreverentes,
caótico, alegórico y genial, Abraham Sevilla desplegó su lengua afilada,
crítica, sardónica y explosiva...creo que incluso lo vi volar sobre el
escenario (solo le faltó agitar su varita mágica y prenderle fuego a las
tablas...)...
Me hizo sonreír, reír y carcajear con su chispa...Ojala
fuera capaz de escribir canciones como él lo hace.
Cerraba la primera parte, llegándonos desde Málaga, Mari
Carmen Gramage. Pulsando lo que reconocimos como una guitarra “imposible” nos
hizo volver atrás en el tiempo rescatando un estilo que dignificaran trovadoras
como Cecilia, Rosa León o la misma Joan Báez.
Luego llegó el momento de las actuaciones compartidas como
el trío formado por Paco Luque, Verónica Díaz y Nacho Moreno que hicieron que
el espíritu de Antonio Vega volviera a recorrer aquel patio, aquél 2sitio de
los recreos2.
El dueto de Quique Parodi y Manuel Sevilla que lanzaron al
aire un brindis por la amistad y la buena compaña.
Y Paco Medina y Verónica Díaz que nos regalaron uno de los
momentos más emocionantes al entonar de un modo único e irrepetible el “Oh
Cádiz” de los Sarracenos de Paco Alba.
Y ahora se que las alas de la fortuna han vuelto a abrazarme
en su vuelo y yo me dejo mecer en el trayecto del retorno al hogar con una
sonrisa imborrable y con la irrefrenable convicción de que no solo de nuevo han
triunfado la música y la poesía sino que las hadas de la felicidad y la amistad
han vuelto a besarme en la boca.
Nota- Agradecer a Diego, Araceli y el personal del
I.E.S. Sto Domingo la maravillsa acogida
en estos espacios llenos de encanto.
A mis amigos y al
público asistente.
A mis compañeros cantautores a los que une el cariño de los
iguales y de los que aprendo siempre .
Y especialmente al corazón de este evento, Paco Luque, que
sabe del cariño que le profeso porque entre otras cosas reúne esas
características de integridad, sinceridad y bonhomía que lo hacen ser un
individuo único.
Pero qué bonito, ío. Qué arte, Alfonsito, killo.
ResponderEliminarPaco Velázquez
Preciosa crónica Alfonso... Me encantó verte de nuevo.
ResponderEliminar