La cabeza le estalla al levantarse
las venas le pican y el corazón
le late cansado y desesperante
y desesperado se lanza a la calle
a buscar la dulce fuente de calor.
Relincha el caballo ya en la llanura
de su mente confusa y destrozada
en su sangre ardiente penetra la aguja
bombea tres veces antes de caer
sus párpados pero no siente nada.
Los nervios crispados llegan a su mano
atrapa otra nube y la lanza al viento
pero eso no es nada se siente atrapado
aprieta el gatillo y su mente enloquece
y cae sobre el suelo sucio y polvoriento.
Lo encuentran tirado junto a la acera
y en la mano abierta el arma homicida
ya clavan su nervio bajo la tierra
ya yace en silencio su cuerpo
liberó su alma a cambio de su vida.
(Escrita en el verano del 84 y dedicada a aquellos amigos que cayeron por aquellos días por la ponzoña que enriquece a algunos y mata la amistad y el amor)
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