Voz y grito se confunden en su mente. Su córtex instintivo e irracional hace el resto.
Aprieta la “piedra” entre la lengua y los dientes, lo que dificulta su respiración en carrera, pero aún así continua impulsándose con sus potentes patas.
Hay un momento, entre salto y salto, en que parece flotar… pero solo es un espejismo que no la inquieta en absoluto.
Corre. Sigue corriendo, como alma que lleva el diablo, y no ve lo que comienza a formarse tras ella… ni tampoco lo que amenaza con surgir a su alrededor a través de las sombras.
Cientos, miles de ratas corren despavoridas huyendo de….una luz, como si de un gigantesco faro se tratase, que calienta sus cuartos traseros.
Sigue corriendo, no quiere mirar hacia atrás.
No mires, Runa. No mires o caerás en sus redes. Muertas redes, hediondas, desgarradoras.
Una manada, una jauría desarrapada y rugiente, de fauces espumeantes, le sigue los pasos. Acortando distancias, prendiendo como fuego la pradera de asfalto.
La forma la más variopinta informidad, canes de todas las razas y sin ella… un bello y elegante galgo ruso, un renqueante pastor belga, un boxer atlético y de pelaje bruñido, un deforme gigante de más de un metro de alzada, de raza indescriptible… todos con algo en común… ojos relampagueantes y azules… locura en la faz, odio y rabia en los dientes.
Son al menos una veintena tras Runa… con la única intención de despedazarla.
En realidad no son animales ya. Son un enjambre de máquinas biológicas letales dirigidas por una mente antinatural que persigue lo que considera suyo… ¿la piedra?... no… el alma colectiva… LA ÚNICA… Del universo???...Tal vez…no …tal vez… sí.
La potente y animosa rottweiler entra en una callejuela y hasta que no ha recorrido casi la totalidad de ella no descubre su error.
Entonces ya es demasiado tarde.
Es un callejón sin salida… en todos los sentidos.
Súbitamente la calle queda iluminada como un gigantesco estadio… luces y focos por doquier.
Runa se gira.
Adopta una posición defensiva.
Puede que acaben con ella pero no será sin lucha. ¡Es brava esta perra!.
Los perversos sucedáneos de cánidos, ya despojados de su auténtica naturaleza, avanzan lentos pero inexorables.
No hay salvación.
Y ocurre de repente…
Un “lobo” gris y cobrizo aparece saltando hacia ella … surgiendo de la nada.
Runa se le enfrenta pero… se detiene. Vio algo en sus ojos.
Las luces estallan dejando la callejuela en la más absoluta oscuridad.
Y tal como , el lobo, apoya sus fuertes patas en el sucio suelo, este se hunde bajo ellos arrastrando a ambos a las profundidades.
Luego… silencio.
23 de noviembre de 2924
Hace 6 horas
No he podido evitar imaginarme a Kay... mi lobiita preferida^^
ResponderEliminarEspero que mi Runita salga bien de esta historia, porque creo que es la perra mas buena, brava, inteligente y preciosa que he visto.
Aunque no sé a qué nos llevará esta narración, lo esperare con mucho gusto. Antonio deberá estar muy orgulloso de esto, si señor.
Un beso, papi!
Hoy venia a tu azotea agradeciendote el comentario, el cariño que dejaste en el, sin duda alguna tiene que estar ahí cerquita, gracias por ayudarme a no dudarlo...
ResponderEliminarAbrazzzusss
Alice-NI yo sé donde nos llevara esta historia...descubramoslo juntos.Besitos
ResponderEliminarOnubius-No lo dudes nunca.Un abrazo
Alfonso:
ResponderEliminar¡ Qué imaginación amigo !, pobre de Runa, pero creo que ese lobo la continuará ayudando, eso espero o no?...
Un abrazo desde la distancia amigo mío.
Jo, donde irán a parar?
ResponderEliminarSaludos.