La cuarta canción del disco tiene ya mucho más
que ver con el mundo celta.
Narra la historia, a través del tiempo y del
cambio que va surgiendo en su interior, del amor entre una doncella y un
druida…
El druida va descubriendo como el
encantamiento más profundo y certero es el amor…porque el amor verdadero no
entiende de artificios ni de pócimas…Así el druida se maravilla de lo potente
que es esa “magia”…magia blanca, luminosa y sanadora…porque solo puede ser así
si el amor el puro…es decir, si es amor verdadero como el de esta historia que
me vino una mañana de febrero y que estuve trabajando varios días hasta darle
forma…
Aquí comencé a hacer probaturas con el
teclado…Al principio creé unos coros orquestales…acristalados…para darle un
cierto eco mágico y ancestral….Debo reconocer que tengo muchas carencias con el
teclado…pero decidí dejarlo para tenerlo como guía por si algún día la grabo
orquestada en un disco…Pero creo que lo importante en la canción es lo que
cuenta….
12/02/2013 EL DRUÍDA Y LA DONCELLA A.BARO
De plata es el sueño del viejo druida
Es el sol el que brilla en las pupilas
El cabello al viento de la hermosa doncella
Y el canto del joven que suspira por ella…por
amor.
El río le devuelve al anciano sus pasos
Y mientras camina viajando al ocaso
La sombra del tiempo se vuelve difusa
Y en los ojos de ella el recuerdo busca…del
amor.
Ya no es aquel joven gallardo
Pero en sus manos aun queda la magia
El calor de la miel en su cara
El sabor del muérdago en los labios…y el amor.
Entre pócimas nunca hallaría la receta
Del amor verdadero y su naturaleza
Escondida en sus libros no estaba esa magia
Que encontró en el mirar de aquella muchacha…y
su amor.
Y pasaron los años y en su sabiduría
La que da el entonar la melodía de la vida
Cada aliento fundido con los de su amada
Que es hechizo tan fuerte al que no quiebra
nada…Ni al amor.
Ya no es aquel joven gallardo
Pero en sus manos aun queda la magia
El calor de la miel en su cara
El sabor del muérdago en los labios…y el amor.
Y la mira, pues aún permanece a su lado
A sus ojos conserva, a pesar de los años
El mirar de doncella, la dulzura que embriaga
Más que pócima ardiente que en las venas
estalla…es su amor
Ya no es aquel joven gallardo
Pero en sus manos aun queda la magia
El calor de la miel en su cara
El sabor del muérdago en los labios…y el amor.
Nota-Podéis oírla arriba, en el reproductor
soundclick
Me maravilla esa luz que cubre de miel los rostros de los amantes. Esa música es realmente un placer escucharla mientras te leo.
ResponderEliminarAbrazos.