La tercera canción del disco y la que
le da título, “Los Caminos Olvidados” , nació de un modo muy
curioso.
Por aquellos días mis lecturas se
dividían entre el “Yo soy eso” de Nisargadatta Maharah, “Sin
mente, sin lenguaje, sin tiempo” de Emilio Carrillo y “Las
fuentes perdidas” de José Antonio Cotrina…y fue una tarde-noche
de octubre cuando al llegar al capítulo quinto de esta magnífica
novela fantástica cuando me encuentro con este texto…
“Los lugares de paso están
formados por miles de caminos arrebatados al olvido. Miles de caminos
que se pierden en giros y alocadas piruetas o avanzan serios y bien
dispuestos sobre el rígido academicismo de la recta. Hay sendas que
solo llevan donde uno más teme ir. Atajos que acumulan sobre sus
polvorientas espaldas el retraso de los siglos. Senderos olvidados
que languidecen a las puertas de la próxima maravilla y el siguiente
milagro. Caminos que vuelan a ninguna parte y se adentran con la
furia ciega de lo inerte en ningún lugar. A veces los más osados
atraviesan el tejido temporal, viajando al ayer, al mañana o al
segundo inmediatamente anterior con la despreocupación propia de los
caminos jóvenes. Hay caminos que tratan de extraviar al viajero con
espejismos y falsas señales, tratando de hacerles pagar la tremenda
herejía que cometen al mancillarlos con sus pasos; esto es propio de
los caminos arrogantes, los que se creen importantes, los que ni
saben ni quieren saber que son los viajeros los que dan forma al
camino, robando itinerarios al azar y a la confusión, los que no
entienden que un viajero sin camino siempre es un viajero y que un
camino sin viajero es suelo y nada más que suelo”
Y después de esta maravillosa prosa
poético (casi mística diría yo) no tuve más remedio que tomar
boli , papel y la guitarra y componer estos “Caminos Olvidados”.
Gracias, José Antonio , por ser
inspiración para esta canción y este disco virtual con tu prosa tan
llena de sabiduría.
27/10/2016 LOS CAMINOS
OLVIDADOS A.BARO
Por ellos campan a sus anchas
recuerdos dispersos, historias lejanas,
con esa irrespetuosidad profana
con la que el tiempo la senda mancha.
Ni el eco de unos pasos ni una huella
que llevarse al polvo que los cubre,
ni el viento en las rendijas les
descubre
que hizo que el olvido hiciera mella.
Son los caminos olvidados,
los que fueron arrebatados a la
memoria.
Los que dejaron de lado
el viajero ya cansado
y el cronista de la historia.
Son los caminos olvidados,
caminos de desmemoria.
E incluso es consciente ese camino
del olvido, de la ausencia tremebunda,
pues es sabedor de que no abundan
las líneas rectas que unen los
destinos.
Pero a veces alguien los recuerda
y los devuelve a la vida y al presente,
esas veces el espacio le consiente
al tiempo desdoblarse entre las
cuerdas.
Son los caminos olvidados,
los que fueron arrebatados a la
memoria.
Los que dejaron de lado
el viajero ya cansado
y el cronista de la historia.
Son los caminos olvidados,
caminos de desmemoria.
Nota – Podéis oírla en el
reproductor soundclick junto a la foto
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