LANZAROTE I

La Ermita en sí


Restaurante La Ermita




Palya de Puerto del Carmen en Lanzarote


DIARIO DE LANZAROTE (07/08/10)
Embarcamos en un vuelo de la compañía Islas el viernes 6 de agosto a las 11,30 (el vuelo estaba previsto para las 9,15 así que nos levantamos temprano fuimos al aeropuerto de Gran Canaria y nos encontramos con la sorpresa del cambio de hora, como la compañía no nos aviso a tiempo nos invitaron al desayuno).El vuelo (de unos 25 minutos) se hizo rápido y al llegar al aeropuerto de Guacimeta en Lanzarote nos recogieron mis cuñadas Carmen y Paloma. De allí nos dirigimos a Playa Honda donde comimos y luego a San Bartolomé.
La isla ,como siempre, me pareció hermosa en su aridez y vulcanidad (acabo de inventarme el término pero me gusta y lo dejo así).
Lanzarote a pesar de todo, de ser una isla marcada por su origen volcánico es a mis ojos variopinta.
Aguas limpias y cristalinas. Bulliciosa en las zonas turísticas y serena y dada a la introspección en zonas menos holladas.
En esto tiene mucho que ver la geografía y el carácter de sus gentes entre los que cabe mencionar al artista, pintor, escultor y arquitecto Cesar Manrique de quien hablare más adelante.
Los primeros días los pasamos a caballo entre San Bartolomé, Playa Honda y Tías en el centro-este.
Cenamos la penúltima noche de esta estadía en el Restaurante La Ermita.
Situado en el centro de Tías junto a la antigua ermita que le da nombre, el local regentado por Alberto es un lugar de obligada parada.
Allí nos deleitamos con sus vueltas de ternera , su solomillo en salsa de higos, su carne aderezada con orejones y ciruelas pasas, su cerdo con patatas… además de su exquisita variedad de pinchos entre los que se podría destacar el de aguacate, el de marisco, con langostinos y carne de cangrejo, el de setas, el campero con chorizo y huevo de codorniz, el de verduras con calabacín y pimientos, el de longaniza, unos magníficos pinchos morunos , unos huevos rellenos para rabiar y sus estupendos hojaldres de queso todo ello regado con dos vinos estupendos , un semidulce blanco de Valentín Torres y un tempranillo de Ribera del Duero denominado Condado de Oriza.
De postre Tiramisú y Profiteroles.
Bueno, soberbio . Un vez más gracias Alberto e Isidoro por una velada sensacional.
Luego, cuando cerraron nos fuimos a tomar una copa (solo pude tomarme una Heineken, ya veis como estaba) a un local bastante chic (es decir, un pelín pijo para mi gusto) llamado Marilyn.









P.D.-En el reproductor la primera cnción que he compuesto este año al llegar a tierras Canarias ...se titula "Sin ti".