MI AMIGO ANTONIO

MI AMIGO ANTONIO

Soy un tipo con suerte. Siempre lo he reconocido.

Tengo una familia maravillosa a la que quiero y me quiere incondicionalmente.

Tengo una compañera que llena mis días de fiesta y mi corazón de felicidad.

Soy básicamente un tipo feliz y suertudo.

Tengo amigos , a los que puedo acudir en caso de necesidad, y a los que acudo sabiendo que respaldan mis decisiones y que saben que cuentan con mi fidelidad y adhesión.

He escrito canciones sobre la amistad, sobre la amistad que conozco y sobre la futura.

“Mis amigos”, los de la canción existen y ellos saben quienes son.

Mis amigos los de “Jugando a cartas tras una mesa” , siguen siendo amigos después de mas de 30 años y aunque nos veamos poco. Siempre retomamos todo donde lo dejamos. Seguimos actuando como quinceañeros revoltosos cuando coincidimos y seguimos insultándonos con todo el cariño del mundo.

Uno de “Mis amigos” y de los que estaban (y siguen estando en mi mente y en mi corazón) “Jugando a cartas tras una mesa” se llama Antonio, Tito o Gordo entre los que le queremos.

Nos conocimos allá por el año 71 (teníamos poco más de 7 años).

Mi padre era el conserje del antiguo I.B. Manuel de Falla (el primer instituto de bachiller del pueblo) y vivimos en la casa que había a tal fin en el centro escolar.

Aquello era increíble para mi.

Tenía una habitación enorme que compartía con mi hermano Ángel.

Acostumbrados a vivir en una casa de dos piezas con cocina y cuarto de baño (un eufemismo para nombrar un poyete con un agujero en el centro) compartidos por todos los vecinos (que eramos al menos 4 o 5 familias), la casa del instituto era un palacete.

A mi padre eso le suponía un sueldo corto y muchas horas de trabajo y predisposición...pero yo era un niño con un enorme campo de fútbol para el solo.

Un día iba con mi pelota a jugar cuando me encuentro a dos críos jugando al volley con una cuerda unida a dos estacas simulando la red.

Yo, que por entonces ya era muy chulo aunque menos de lo que llegué a ser luego...les dije que no podían jugar allí que aquello era mío (jejeje..con dos...).

Me miraron extrañados (seguramente pensando como se podía ser tan gilipollas)...y me preguntaron que por que no jugábamos los tres.

Después de un tira y afloja, amenazas y demás chorradas pasamos dos horas (hasta casi el anochecer pues casi no veíamos la pelota) estupendas jugando.

Ellos resultaron ser los hermanos Cie, Antonio y Javi y vivían a menos de 50 metros del instituto.

En los años posteriores Antonio y yo coincidimos desde 6º de E.G.B. hasta el final de nuestros estudios.

Durante ese tiempo Antonio era uno más de mi familia (mi padre solía llamarlo mi hijo Antonio).

Juntos descubrimos muchas cosas de la vida y tambien de la muerte.

Estuvimos juntos en los momentos mas felices y mas crudos de nuestra existencia.

Durante mucho años hemos estado separados físicamente pero no en espiritu y el lo sabe.

Le debo mucho y eso tal vez no lo sabe porque yo no se lo he dicho nunca....Pero sobre todo lo que le debo es que él me enseño el significado del concepto AMISTAD.

Ese es mi AMIGO Antonio.