Poner música a su verso siempre es fácil...seguir sus pasos, eso si que es una hazaña...
Mantener la templanza, el código,la inspiración...casi imposible...
Aprendo de él día a día...
Y así es como veo a Juan Manuel Alcedo...mi amigo, mi primo, mi hermano...
A UN JUNTALETRAS (A Juan Manuel Alcedo) A.BARO
“El otro día
alguien me llamó poeta.
Me sentí raro en ese momento,
seguí de frente
y me hice el loco.”
(Miguel Ángel Rincón Peña de “Poemas en el Equipaje”)
Camina con la auto-exigencia
pisándole de continuo los talones,
encaramándose sobre sus hombros,
ralentizando sus sabios pasos.
Y aún así, cuando fija su planta,
es faro para el peregrino
y bastión inexpugnable
en el que refugiarse en días grises.
Se define como un sociable antisocial
y jamás tuve socio y compañero más certero.
No soporta que lo llamen poeta
pero la poesía lo abraza y lo impregna
con la sutileza de lo humilde,
con la grandeza de lo sutil.
La palabra lo busca, lo instiga
y por más que se oculte
lo encuentra y lo envuelve,
a veces tiránica, otras, liberadora.
Dueño de sus silencios, rehén de su palabra,
navega desamarrando cordaje,
sujeto a sus convicciones
con indefectible firmeza.
Establece en la razón su morada
pero no desdeña lo intangible
pues quién con el corazón canta
no deja de bailar con el espíritu.
Detiene sus pasos para hablar,
lo mismo con un Ulises errabundo
que con la sabiduría de un nuevo Diógenes
o con el rostro de la sombra que lo sigue.
Para todos ellos tiene oído,
para todos su silencio intenso,
su mirada comprensiva
y una sonrisa sincera.
Y vuelve a cabalgar
entre poesía, manifiesto,
canción, paso, caminata.
Y siempre es hermoso, compañero,
compartir sendero y luna llena....”
Y estas son nuestras “complicidades”...dos hermosos poemas llenos de fuerza y luz...
ROMANCE DE LA ZAPATERA de Juan Manuel Alcedo
Homenaje a Agustina González López
Por el camino del Darro,
por las calles y plazuelas
la libertad va llenando
la oquedad de las cabezas.
Ella va vestida de hombre
cuando sola en el Suizo entra,
pero quien habla es mujer
valiente sobre una mesa
exigiendo igualdad,
techo para el que no tenga,
todos iguales con todos.
Todos una misma lengua.
Alimento y paz pide
el blanco de su bandera.
En la tierra del chavico
los beatos la condenan
cuando a su paso gritan:
Puta, loca, tortillera.
Vestidos de salvadores,
no da más su inteligencia,
con su cruz van sepultando
lo que falta en sus cabezas.
Maldigo a quien te gritó:
Puta, loca, tortillera.
Maldita sea esa España
torpe, gris y macilenta.
Esa que quiere volver
y aún no se ha dado cuenta
que hay miles de Agustinas
sembradas en nuestra tierra,
en el pecho y las manos
de troncos con savia nueva.
Vive aquella que insultan:
Puta, loca, tortillera.
Vive quien murió mirando
al cielo, a las estrellas.
EL MARINERO de Juan Manuel Alcedo
A Coria del Río .
A los surcos y la memoria.
A Juan Miguel Baquero Zurita,
la dignidad en un abrazo.
Madre, que yo soy de sal
y quiero ser marinero
pero no quiero embarcar
en el Cabo Carvoeiro.
Alma, cállate la boca
y embarca de polizón.
Llevas cosido en la ropa
parte de mi corazón.
Devuélveme sus caricias
en la palma de tu mano
mientras espero la noticia
de verlo pronto y sano.
Madre, el reloj está aquí,
destrozado en el ocaso.
No me pude despedir
ni darle el último abrazo.
Madre, que yo soy de sal
y quiero ser marinero
pero no quiero embarcar
en el Cabo Carvoeiro.
Nota- Podéis oír ambas canciones arriba, en el reproductor soundclick
No hay comentarios:
Publicar un comentario