Y la de la tierra.
El sonido de la tierra es su latido.
Incluso el ruido de las hojas secas.
Su silencio es recuerdo, que no olvido.
Todo vibra en las raíces que alimenta.
El sonido de la tierra es su canto
y sus notas la sabiduría encierra.
Cada ser tiene su voz que une al manto
pues todo suma en el sonido de la tierra.
No hay más que oír el propio corazón
para encontrar ahí la respuesta
a todas las preguntas que hace la razón
pues todas las puertas están abiertas.
No hay más que oír el corazón
para escuchar el sonido de la tierra.
Está en el viento que susurra en la arboleda.
Está en el fuego que libera sus entrañas.
Está en el mar que no conoce fronteras.
Está en la tierra que a cada ser amamanta.
El sonido de la tierra está en lo vivo.
En aquello que genera la conciencia.
ES el cauce que exorciza lo vivido.
En todo está el sonido de la tierra.
No hay más que oír el propio corazón
para encontrar ahí la respuesta
a todas las preguntas que hace la razón
pues todas las puertas están abiertas.
No hay más que oír el corazón
para escuchar el sonido de la tierra.
Nota – Podéis oír la canción en el reproductor soundclick junto a estas letras y bien en este enlace de aquí abajo
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